No es la única ocasión en que asistimos a lo amarillo rabioso
de la prensa acompañado por los noticieros de TV,
que aún a los dos días seguían buscando más cadáveres para
alimentar lo estrambótico de sus historias.
Cuando la realidad nace desde otra punta del ovillo y es
necesario crear un clima de expectativa cruel, para distraer
la atención del público. Porque si el Estado se hubiese hallado
presente, como correspondía a la ventura sospechada e
imaginada por todos, nadie habría tardado en regresar a su
punto de partida. Debieron haber señalizado y delimitado las
zonas reservadas a estacionamiento de los micros y automóviles
visitantes y, en caso de "personas perdidas" o "abandonadas" en
Olavarría, haber arbitrado micros y no camiones de basura, para
trasladarlos, al menos hasta Buenos Aires, y no "tirarlos" en la ruta
como a trastos molestos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario